Las palabras combaten con la fuerza de la cuerda que les da movimiento. Las letras desfilan una a una intentando recorrer los acordes de la genialidad que dan vida a un instrumento pesado, torpe y poco refinado. El pensamiento busca presto en décimas de segundo la metáfora adecuada, la sinécdoque precisa, el hipérbatón templado... pero no puede. Y así en dos minutos veinte segundos las palabras enmudecen ante el sonido de la vida, la voz se extingue ante la queda admiración inalcanzable, el sueño se apodera de la escena, la audiencia apaciguada escucha reverencialmente la suite nº1 de Bach y duerme, por fin, rendida, la fantasía de los dioses.
jueves, 8 de mayo de 2008
Derrotado por Bach
Las palabras combaten con la fuerza de la cuerda que les da movimiento. Las letras desfilan una a una intentando recorrer los acordes de la genialidad que dan vida a un instrumento pesado, torpe y poco refinado. El pensamiento busca presto en décimas de segundo la metáfora adecuada, la sinécdoque precisa, el hipérbatón templado... pero no puede. Y así en dos minutos veinte segundos las palabras enmudecen ante el sonido de la vida, la voz se extingue ante la queda admiración inalcanzable, el sueño se apodera de la escena, la audiencia apaciguada escucha reverencialmente la suite nº1 de Bach y duerme, por fin, rendida, la fantasía de los dioses.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario