Nuestros tiempos, los tiempos modernos, han desarrollado la velocidad más de lo que nunca otro tiempo hizo antes. Nuestros tiempos, los tiempos de la aviación, han unido los extremos del planeta más de lo que ningún otro tiempo soñó jamás haber realizado. Nuestros tiempos, los tiempos de la tecnología, nos han dado más máquinas para comunicarnos de las que se han fabricado en todos los tiempos pasados.
Y, sin embargo, no sé cuándo perdimos de vista el camino. No sé cuándo la senda por la que nos adentatramos dejó de tener sentido para todos nosotros. No sé cuándo la vereda se transformó en bosque cerrado. No sé cuándo el mundo se volvió loco.
La velocidad no nos ha hecho disfrutar más la vida, sino lamentar lo rápido que se apaga. Ahora nos importan más los padecimientos de miles de kilómetros que los de los que nos rodean a diario. Las tecnologías, que nos acercan a los que no tenemos a nuestro lado, nos alejan cada vez más de quienes comparten con nosotros nuestra mesa. Compartimos horas de silencio en metros y autobuses con desconocidos sentados a nuestra vera mientras nos explayamos con interfaces virtuales que apenas intuimos que existen. Estas palabras, mis palabras, que nunca saldrán pronunciadas de mi boca, llegarán a los lugares más remotos del planeta y ni siquiera me atreveré a planteárselas a todos los que desfilan por mi ventana.
Puede que en realidad nunca hubiera habido un camino verdadero, ni una senda incierta, ni una vereda equivocada. Me pregunto si alguien alguna vez lo supo.
Y, sin embargo, no sé cuándo perdimos de vista el camino. No sé cuándo la senda por la que nos adentatramos dejó de tener sentido para todos nosotros. No sé cuándo la vereda se transformó en bosque cerrado. No sé cuándo el mundo se volvió loco.
La velocidad no nos ha hecho disfrutar más la vida, sino lamentar lo rápido que se apaga. Ahora nos importan más los padecimientos de miles de kilómetros que los de los que nos rodean a diario. Las tecnologías, que nos acercan a los que no tenemos a nuestro lado, nos alejan cada vez más de quienes comparten con nosotros nuestra mesa. Compartimos horas de silencio en metros y autobuses con desconocidos sentados a nuestra vera mientras nos explayamos con interfaces virtuales que apenas intuimos que existen. Estas palabras, mis palabras, que nunca saldrán pronunciadas de mi boca, llegarán a los lugares más remotos del planeta y ni siquiera me atreveré a planteárselas a todos los que desfilan por mi ventana.
Puede que en realidad nunca hubiera habido un camino verdadero, ni una senda incierta, ni una vereda equivocada. Me pregunto si alguien alguna vez lo supo.
5 comentarios:
Nada que añadir a tu comentario. Para mi es interntet el gran culpable de la dessocialización (si es que esta palabra existe y dice lo que quiero decir) de muchísima gente. Hace tiempo me dí cuenta que hubo días en los que gasté mas tiempo hablando por msn con gente que sí, que conoces, pero que no forman parte de tu realidad, que con mi propia familia. Eso lo he intentando resolver.
Comparto tu opinión y voy más lejos. El teléfono móvil fomenta un poco estas actitudes. Sin móvil estás fuera de la sociedad (el inglés "outsider" lo refleja muy bien). Si hay algo que de veras no soporto es cuando estás con alguien, le llaman por teléfono y se tira casi quince minutos de reloj atendiendo a la llamada (ya más de dos minutos me parece excesivo: sé que soy demasiado severo).
Esa forma de desocialización (comparto en que si no existe la palabra, habremos de inventarla) es mucho más cotidiana y peligrosa que la de Internet (por lo cotidiana, no debido a que lo que dices me parezca menos importante) pues rompe con los códigos mínimos de la relación entre personas cuando las tienes delante de ti.
Saludos!!
Yo siento disentir enormemente de vuestros comentarios. Y siento mucho que sea a sí en mi primer mensaje de este blog...
Ni internet ni la telefonía movil tiene la culpa de lo rápido que "navega" nuestra sociedad. Esas herramientas sociales 100% han ayudado precisamente a intercambiar lazos sociales a un estilo y fuerza realmente maravilloso.
No teneis que ver a esas herramientas como culpables... teneis que ver a los lobos solitarios y la gente individual como tal, como una opción.
Hoy por hoy, quien quiera relacionarse como antaño sigue pudiendo, pero con más facilidad que antes dada la capacidad de reunión. Día tras día veo como se organizan !"quedadas", como grupos de chicos se juntan con chicas para salir de fiesta gracias al movil, y como gente encuentra aficiones comunes en blogs y foros cuando antes no podían encontrar a nadie de su pueblo o barrio afin a esos gustos...
Sin embargo internet muestra a gente solitaria, encerrada frente a la pantalla, adicta al mundo cyber... pero no nos engañemos... eso SIEMPRE ha existido. Antes era la tele, o la radio...y que me decís de los libros... había gente que no salía de ellos, que era su mundo más allá de la penuria real... ¿Y acaso los libros eran culpables de la soledad?
La sociedad se deshumaniza en el día a día por una sencilla razón: somos muchos.
Antes conocías al vecino. Antes sabías nombres. Antes el chico/a que te cruzabas tenía familia e identidad, pertenecía, estaba catalogado.
Ahora tu propio vecino es un completo desconocido con el cual solo se cruza un hola o un adios, y como mucho un gracias al abrir la puerta del ascensor. ¿Y por què vamos a ser más amables y cordiales, o más sociables con los desconocidos? ¿Lo tenemos que ser con todos? ¿Tenemos que aprender a ser falsos?
Internet y los moviles no tiene la culpa de la violencia, de los insultos por no ceder un ceda, de las broncas por pitar con el coche a unos chulos biandantes que no se quieren quitar, de que hayan atracos, de que los jóvenes quemen papeleras o destrocen la iglesia de mi pueblo (verídico...pintadas, condones por el suelo, bancos rotos...)... ¿merecen los desconocidos la cordialidad? ¿Merecen los desconocidos ser conocidos?
Yo prefiero ir a paso ligero y llegar cuanto antes a mi casa, sentarme y ver los problemas por la tele, hablar con mi familia, estar con mi Blanquita, jugar a videojuegos o leer, las charlas de 30 minutos tras el curro con las compañeras, e incluso escribir en un blog de gente de confianza como este.
PD: curioso blog. Ya le había echado el ojo, Oli, pero no me atrevía a escribir con las cosas que pones... me siento perdido... y al final terminaría diciendo groserías y sarcasmos como un tonto, rompiendo la tónica...
Bienvenido a la "comunidad". Supongo que seguiremos discrepando, pero eso es lo bonito de abrir paso a comentarios. Como dices, no creo que la culpa sea de la tecnología (no pretendía dar esa sensación), pero sí quería enfatizar una paradoja: un mundo interconectado globalmente puede ser un mundo desconectado socialmente. Eso en parte es lo que condeno porque ahora no sólo nos sentimos más solos (lo cual ha pasado siempre) sino que lo estamos, tenemos miedo del ambiente que nos rodea y es esto lo que nos hace ser más agresivo. No conocemos al vecino. ¿Esto no nos da algo de pie a pensar que es un peligro para nosotros? ¿Qué des-sociedad nos queda de ello?
PD: hala, a seguir debatiendo, que en realidad es lo que le da salsilla a la vida.
Uhmmm, vale quedaré como un estupido con mis comentarios simplistas, pero tal y como yo lo veo es así: La gente escoge internet para relacionarse, porque es más sencillo y más comodo, pero no creo que una cyber relación pueda tener el mismo calado que una relación personal, cara a cara.
Es cierto que nosotros (hablo de la sociedad) hemos escogido esta forma de relacionarnos, pero ¿somos conscientes de que en un 90% las relaciones via internet son de papel?. No lo sé, pero si necesitas una mano, una mano de verdad, no creo que tu colega del foro de minis, o en mi caso del de Los Sopranos, venga a echárnosla.
Con internet puedes matar mucho tiempo, es un pasatiempos genial, pero ¿que es lo que importa al final?. Contacto humano. Y es ques se puede estar solo rodeado de gente (virtual...o no).
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