Tiré una vez la moneda al aire
y adverso fue el resultado.
La lancé de nuevo ilusionado
para acariciar nuevo desaire.
Guardé de nuevo la moneda
con el espíritu templado
confiando en que el pasado
siempre en nada se queda.
Ni cara ni cruz, ni vida ni muerte,
ni deseo ni aborrecimiento
logran en ningún momento
que esta moneda mundana
vuelva a ser tan liviana
para danzar al viento su suerte.
y adverso fue el resultado.
La lancé de nuevo ilusionado
para acariciar nuevo desaire.
Guardé de nuevo la moneda
con el espíritu templado
confiando en que el pasado
siempre en nada se queda.
Ni cara ni cruz, ni vida ni muerte,
ni deseo ni aborrecimiento
logran en ningún momento
que esta moneda mundana
vuelva a ser tan liviana
para danzar al viento su suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario