Es curiosa la cantidad de quebraderos de cabeza que nos dan algunas palabras y lo poco que nos paramos a pensar sobre ellas. Hoy, en uno de esos momentos tontos en que el pensamiento da vueltas sobre sí mismo, me he puesto a pensar en la palabra amabilidad. Quizá sea por el aburrimiento. Quizá sea por lo mucho que me gustan las etimologías. Quizá sea por la cantidad de veces que he confundido las intenciones de mujeres que simplemente pretendían ser "amables" (la buena educación a veces es un lastre para las relaciones humanas).
Siempre he creído que había sido un tonto por haberme dejado llevar por dichas confusiones, pero bien pensado, amabilidad es la "condición de ser amable", y una persona amable es "aquélla que puede ser amada". Me pregunto porqué amor y amante significan tanto para nosotros y amabilidad y amable significan tan poco. No sé. Esto es quizá una tontería más como otra cualquiera para llenar unas cuantas líneas de aburrimiento. Una curiosidad intrigante para horas bajas...
3 comentarios:
Joer, este blog solo añade comentarios cuando le da la gana. Eso o borraste lo último que te escribí por soez. Aun así lo repito... a la próxima que me diga que soy amable, la digo de...de... ves ya no es lo mismo. Bueno, ya sabes, de dar una vuelta.
En fin a mi como mucho me dicen que soy majete. Que se le va a hacer.
Pues merece la pena más ser amante que amable.
Hoy por hoy la "posibilidad" cae derrotada ante el "hecho".
¿De qué sirve ser amable si va a follar el amante?....
PD: vale.. lo hice... no veis? si es que ya lo decía en la posdata anterior...
Juro que a mí me da la misma guerra para publicar respuestas que a vosotros introducirlas. El problema no es sólo que te digan que eres amable, sino cómo interpretar la amabilidad ajena. Ése sí que es un misterio de la vida.
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